sábado, 2 de agosto de 2014

Lo llaman gordofobia y no lo es ¡no lo es!

Desde hace un tiempo sigo en Facebook la genial página de STOP Gordofobia y gracias a esa página me he parado a pensar si realmente se sufre una discriminación generalizada hacia la gente gorda. Para los pocos que hayáis leído todas las entradas de mi blog recordaréis cierta entrada sobre cuánto me cabrea que las chicas delgadas sean discriminadas en favor de las curvas (cuando únicamente esa es su forma física y no tienen ningún problema) y es que creo haber dejado claro que cualquier discriminación a cualquier persona es una gilipollez y una forma de demostrar como de estúpidos somos por el simple hecho de valorar a alguien por su físico. Bien, partiendo de aquí, ¿realmente la sociedad tiene un problema?


Creo que es necesario una presentación de mi situación antes de continuar para que así podáis comprender o dar la importancia necesaria a mi punto de vista: tengo diecisiete años y desde muy pequeña siempre he estado gorda. Muy pequeña véase cinco o séis años. Adorable, todos decían que estaba para darme un bocado (obviamente bromeaban, porque la moda caníbal no se llevaba; o eso creo... espero, ahora que lo pienso tengo cierto hueco en mi pierna...) sin embargo fui creciendo y también lo hicieron mis michelines. Ya empezaba a parecer adorable a la gente y con cierto desprecio se escuchaba más de un que grande estás. Sin embargo como mis padres me querían muchísimo nunca dejaron que tuviera la autoestima baja (hablo de antes de los doce, para situarnos más o menos) además mi padre y mi hermana mayor también estaban más blandos de la cuenta así que tampoco me parecía lo peor del mundo. De hecho desde pequeña y hasta ahora siempre he visto a mi hermana preciosa, me daba bastante igual si estuviera gorda, tuviera granos o lo que fuera ya que objetivamente era preciosa. La cuestión, crecí, en el colegio era amiga de las chicas guays así que no me hacían demasiadas bromas sobre mi peso. Todo bien. Llega el instituto BUM bullying. Empecé a plantearme lo horrible que era ser gorda. Lo asqueroso y repugnante de cada gramo de mi cuerpo. A odiar todo aquello que veía reflejado y a imaginar mil veces como destrozarlo por dentro y por fuera. Me odiaba tanto que no matarme me parecía el mayor sacrilegio y la mayor muestra de falsedad que podría dar al mundo; no solo era horrible odiarme por no matarme sino que además me odiaba por que significaba que no tenía valor, que no era justa (ya que no libraba al mundo de mi) y que encima iba presumiendo de ello. Y todo eso por estar gorda. ¿En serio una cría de doce años merece eso? ¿En serio cualquier persona lo merece? No es la cuestión, todos hemos sufrido alguna clase de burla, siempre y ese es otro tema. Desde entonces empecé a plantearme el significado que se le da a ser gorda, pero una vez pasado el sufrimiento (porque terminó, porque todo termina aunque no nos lo creamos) pocas veces he sufrido burla, indirecta o cualquier otro tipo de tratamiento diferenciado de una persona delgada; más los pensamientos seguían ahí.
Quizás grandes empresas nos influencien para estar delgadas, quizás no: seguro; pero siempre lo han hecho para conseguir lo que están de moda (hace poco vi anuncios de los ochenta o así que promocionaban programas para ganar peso y así rellenar el sujetador). Quizás haya gente que realmente piense y desprecie a la gente que no cumple su ideal de belleza; pero siempre ha habido igual que en nuestra sociedad actual hay y habido asesinos y no por ello nos consideramos a todos asesinos. Quizás haya muchas barreras que superar para conseguir que todo rastro de gordofobia desaparezca. Pero también para que lo haga el racismo, la homofobia y tantas cosas que la sociedad rechaza. Y algo que solemos olvidar es que nosotros formamos parte de la sociedad. Si ser gorda es algo malo es porque nosotros le hemos dado importancia. Si ser negro es algo malo es porque nosotros le hemos dado importancia. Si ser gay es algo malo es porque nosotros le hemos dado importancia. ¡A la mierda publicaciones de apoyo, imágenes y golpes en el pecho gritando como de liberales somos! ¿Por qué no simplemente actuáis como si fueran personas normales? Porque WOW, lo son. Lo somos. 
¿Cómo he llegado viva hasta ahora? ¿Cómo la chica de doce años logró sobrevivir si aunque el bullying parara sus pensamientos no lo hicieron? Simplemente me di cuenta de que mi problema no era estar gorda, que nunca lo había sido y que (a no ser que la salud interviniera) nunca lo sería. Que mi problema era el mismo que todas las personas de este mundo: ser humana. He conocido a chicas muy delgadas que odiaban no tener curvas; a chicas con muchas curvas que las odiaban; a chicas delgadas y con curvas que querían ser más altas. He conocido a chicos con mucho pelo que odiaban tener que afeitarse cada día; a chicos que nunca le salía barba que odiaban estar observando como su barbilla seguía suave como el culito de un bebé; a chicos que simplemente no eran capaces de decir si se odiaban más con perilla o sin ella. He conocido a personas. Todos ansiaban algo. Todos odiaban algo que tenían. Porque todos somos humanos. Y gracias a eso lo he comprendido y he conseguido normalizado. No vivo en un 'SOY GORDA ¿Y QUÉ?'; tampoco en un 'OJALÁ FUERA DELGADA'; no vivo pensando 'TODOS SOMOS PERFECTOS TAL Y COMO SOMOS'; ni siquiera en '¿A QUIÉN LE IMPORTA LA PERFECCIÓN?'. Simplemente no pienso en ello ni dejo que nadie me haga pensar en ello. A través de mucho tiempo lo he normalizado, increíble, porque es normal. Y todo esto me lleva al título. ¿Qué no es gordofobia? Hacer chistes de gordos, y reírte mientras brindas, bailas y sonríes a tu amigo gordo, no lo es. Se llama humor negro y es la mejor herramienta para normalizar. ¿Qué es gordofobia? Llamar vaca burra a una gorda por el simple hecho de que estás enfadada con esa persona por algo que no tiene nada que ver con su peso. ¿Y cómo se puede superar? Dejando de darle importancia. 
Debemos aprender a diferenciar, pero nunca dejar de defendernos... cuando sea necesario.