viernes, 23 de mayo de 2014

Orgullo desmerecido.

Hace poco se celebró el festival de Eurovisión, conocido por todos, en el que más de veinte países de la zona europea compiten con canciones propias. Y con este festival, igual que con cualquier acto internacional en el que cada país tenga su representante (mundial de fútbol, de baloncesto, olimpiadas, All Stars), la gente recobra un sentido patriótico y de orgullo nacional que desaparece al hablar de economía o política. Sin embargo durante esas horas (y durante las semanas siguientes en el caso de la victoria) todo el mundo se siente muy orgulloso de ser de ese país tan bueno en las diferentes categorías. No digo en ningún momento que esto sea negativo (ya que supone la unidad de una población) siempre que se trate de competitividad sana, sin embargo ¿tiene sentido este orgullo? ¿por qué te enorgulleces de algo para lo que no has tenido nada que ver por el simple hecho de que alguien de tu territorio ha conseguido? ¿por qué yo, por ejemplo, no debería enorgullecerme más del logro de un portugués que de un canario? ¿no se trata de la cercanía del territorio?