viernes, 19 de septiembre de 2014

Esa enfermedad llamada vida.

Hace casi un año publiqué en Tumblr una entrada dónde sostenía que la vida es una tediosa enfermedad, horrible, que te llena de sufrimiento y dolor y cuya única cura es la muerte. Algunos me tacharon de suicida, pesimista o incluso de tener depresión. Sin embargo, me gustaría rescatar aquella idea para que así vosotros mismos me digáis si ando tan lejos de la realidad.


Desde que nacemos, empezamos a morir. Cada segundo que pasa estamos más cerca del destino final. De que acabe todo lo que conocemos (y quizás empiece una segunda vida, o quizás no) y ya está. Y sean cenizas, el recuerdo o el silencio lo que quede de nosotros. Ahora mismo estás muriendo. Desde que nacemos, sufrimos. El ser humano sufre por naturaleza, quizás por su condición de ser con pensamiento, quizás porque en nosotros parece acentuarse los sentimientos. Simplemente sufrimos por distintas causas a lo largo de nuestra vida, y a no ser que decidamos cambiarlo, siempre vamos a tender al sufrimiento ya que como suelen decir nadie regala nada en este mundo. Por lo tanto, la vida es una enfermedad dolorosa que te acaba matando. Es todo lo que tenemos, por otra parte. Es realmente molesto cuándo alguien dice 'La vida es corta' porque realmente es todo lo que vas a vivir. Así que no podemos simplemente morir tirados en la cama o viendo como nuestras almas se consumen. No podemos. Debemos luchar, no por sobrevivir sino por no sufrir. Debemos conseguir todos los analgésicos posibles, entendiendo por analgésicos todas esas cosas que te hacen olvidar el sufrimiento, que te hacen olvidar que estás vivo.
¿Cuándo sois felices os paráis a pensar en lo felices que sois? ¿Os paráis a pensar en ello de verdad? Yo al menos no. Simplemente disfruto de ello. Disfruto de mi analgésico que puede venir en forma de una tarde con mis amigos, una partida con mi hermano o una charla con alguno amigo lejano. Ese analgésico que disminuye el dolor. Esa felicidad a la que debemos aspirar es todo lo que tenemos para disfrutar de lo único que sabemos poseer: el breve periodo de nuestra existencia. Somos nosotros los que elegimos si queremos dejar que la enfermedad avance sin más, sin poner remedio, o si queremos demostrar que somos más que eso. ¿Eres simplemente el rostro anterior a una muerte segura? ¿O eres la cara del presente de una vida disfrutada? Puedes elegir. No puedes cambiar el hecho de morir, de sufrir, de maldecir cada persona que te ha hecho daño. Pero puedes cambiar la medicación y la frecuencia con que te la tomas. Puedes elegir vivir o puedes elegir esperar a morir. 
Solo tenemos esta vida, ¿prefieres pasarla sufriendo o buscando tu propia marca de analgésico?