lunes, 6 de abril de 2015

Procrastinación.

Un día despertarás y el futuro estará llamando a tu puerta. Vestido de forma discreta, se colará en tu casa y una a una romperá cada seguridad que quedaba, las pocas que la adolescencia no te robó. El futuro cambiará tu habitación y la vaciará, te empujará fuera y te obligará a aprender a conducir a base de accidentes mortales. Alejará a tus amigos y hará una tabla de intereses compuestos para seleccionar a los nuevos; te atará los cordones para perder el tren al amor de tu vida y te distraerá con estupideces cuando se presente por segunda vez. El futuro, blanco, vacío y lienzo. El futuro revestirá tu hogar con materiales inquebrantables, con honor y dignidad, con fuerza y enderaza. Te hará salir de casa justo antes de explotar y gritará antes del accidente, lo evitarás. Tus amigos junto a ti, el futuro también. Los que se dejen arrastrar se irán, los que vengan con la corriente se quedarán... durante un tiempo. Te hará olvidar que es amar, te lo recordará cuando planees el resto de tu vida junto a una sonrisa a media noche.
El futuro, blanco, vacío y lienzo.
Me aterra demasiado poner mi brocha sobre ti.